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La postura no solo influye en la manera en que nos vemos, sino también en cómo nuestro cuerpo se recupera después de una lesión o cirugía. Mantener una alineación adecuada puede ser la clave para acelerar la sanación y mejorar el bienestar general.

Cuando el cuerpo está mal alineado, los músculos y articulaciones trabajan más de lo necesario, lo que provoca tensiones adicionales y retrasa la recuperación. Por el contrario, una postura correcta distribuye el peso de manera equilibrada, favorece la circulación sanguínea y permite que los tejidos reciban el oxígeno y los nutrientes que necesitan para repararse.

La fisioterapia enseña ejercicios simples que ayudan a corregir la postura y fortalecer los músculos de soporte, como el abdomen y la espalda. Estos ejercicios no solo alivian molestias inmediatas, sino que también previenen futuras lesiones. Incluso pequeños ajustes, como mantener la cabeza recta al usar el móvil o apoyar bien la espalda al sentarse, marcan una gran diferencia.

Más allá de lo físico, hay quienes sostienen que una buena postura también influye en la energía vital del cuerpo. Estar erguido no solo abre el pecho y mejora la respiración, sino que también transmite confianza y optimismo, factores que se reflejan directamente en el proceso de recuperación.

Adoptar una postura saludable es un hábito que combina ciencia y tradición: un cuerpo alineado no solo sana más rápido, sino que también proyecta vitalidad y equilibrio.